En 1605 las autoridades españolas dirigida en este
momento por el monarca Felipe III, perteneciente a la casa de los BORBONES,
deciden a través de la Cédula Real de 1603 despoblar la zona noroeste para
erradicar el contrabando y las influencias culturales que asimilaban cada día
los habitantes de la colonia, además de la introducción de Bíblias Luteranas
que llegaban en las embarcaciones que contrabandeaban el cuero del ganado y
otros producto. El gobernador Osorio puso en vigencia la Cédula Real de 1603 que
establecía que todas las poblaciones de la banda del norte que se dedicaban a
contrabandear tenían que ser despoblada y es así como en 1605 se despoblaron
las ciudades de Montecristi, Puerto Plata, Bayajá y la Yaguana , trasladando a
sus habitantes con sus pertenencias hacia el este de la Isla donde se fundaran
nuevas ciudades como serán , Monte-Plata y Bayaguana siendo estos nombres el
resultado de las uniones de la ciudad de Puerto Plata y Montecristi y de Bayajá
y la Yaguana.
Las ciudades Neyba y San Juan de la Maguana también
fueron perjudicadas con la medida tomada por el rey Felipe III, provocando ésta
medida una transformación de orden político, social y gravemente económico que
afectaron toda la estructura de la colonia. Dentro de las transformaciones que
se van a dar tenemos que la Isla quedó deshabitada, se fundaron nuevas ciudades
que se dedicaron a la agricultura y la ganadería para el consumo,
trayendo como consecuencia la pobreza en grado alto, se destruyeron los
ingenios azucareros, se perdió gran parte del ganado que tenía la isla y más
aún se quedó abandonada la zona noroeste la cual se convertiría en el punto
fuerte de comercio ilícito entre las demás metrópolis. A partir de 1630 la isla
La Tortuga se convirtió en el punto clave de los aventureros ingleses,
franceses y holandeses, estableciendo de esta forma dominios en territorio que
pertenecían a la Corona Española.
Los franceses a través de la Compañía de as Indias
Occidentales, se apoderan de la tortuga y establecen un dominio absoluto,
expulsando de esta forma a los demás grupos de aventureros. Ya establecido con
firmeza territorial y política los aventureros franceses inician un proceso de
migración hacia la parte oeste de la Isla de Santo Domingo, que más tarde se
convertiría en la Colonia Francesa, llamada Saint- Domingue. La compañía de las
Indias Occidentales establecen a Bertrand D' Oregón como gobernador. España
tratando de defender su territorio de los inmigrantes franceses, creo un cuerpo
de vigilancia militar que estaban formado por cincuentas hombres armados y que
se trasladaban de un lugar a otro para proteger la zona. Todo esto fue inútil
las llamada Cincuentenas no pudieron poner fin a las incursiones de bucaneros.
El gobernador Bertrand D' Oregón, despliega una serie de ataques militares
desde la Tortuga al dominio Español hasta establecerse en toda la costa
noroeste donde luego hace el primer asentamiento francés que luego será
reconocido por la corona española como territorio de Francia.
El gobernador D´ Oregón concedió territorios a los
franceses en la Isla de Santo Domingo, estableciéndose así las primeras
haciendas francesas en tierras española, quedando afianzando de esta manera el
control de Francia en tierra española. A mediados del siglo XVIII la colonia se
convirtió en un territorio próspero y con mucha importancia económica para su
metrópoli. Esta prosperidad se inició con el gobernador De Pouvancey, quien
desarrolló un intenso comercio con los habitantes de la parte española la cual
estaba gobernada por Segura Sandoval y Castilla. Los burgueses de Saint-
Domingue protegieron económicamente su colonia desarrollando de esta forma una
gran comercialización que generó la prosperidad observada a todo lo largo del
siglo XVIII.
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